Perspectivas del Desarrollo Perspectivas del Desarrollo
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Año 5/No 1/ Marzo, 2019
ISSN: 2414-8903 Línea
HACIA OTRO PARADIGMA DE ECONOMÍA POLÍTICA DEL CAFÉ Y DESARROLLO HUMANO
EN EL OCCIDENTE DE HONDURAS.
cultivos y las monoculturas propias del pensamiento desarrollista. En las entrevistas
con familias productoras se pudo constatar que prevalece una visión mercadológica
de la realidad, las intervenciones del desarrollo están enfocadas bajo una racionalidad
económica en la cual impera un lenguaje de competencia, productividad y de inserción
en el mercado internacional. Para comprender esta y otras categorías se utilizó el
método etnográco, lo cual implicó la convivencia con una familia productora en el
departamento de Copán.
En el primer día, después de participar en labores de recolección y, por la
tarde, despulpar el café de ese día, la familia se dispuso a cenar y aceptaron dialogar
acerca del estudio realizado. Las preguntas no siguieron un orden formal, surgieron
en la medida que se dialogaba con los participantes. Se comenzó a preguntar qué
signica el café para ellos. “El café representa esperanza al nal de cada año; es
pasión y compromiso, es medicina y fuente de trabajo” (Participante 1). En su esencia
ontológica, el café es más que un factor estrictamente económico. “Nosotros con el
café nos ayudamos un poquito, podemos comprar aunque sea pastillas, no decimos
que nos sobra para ir a clínicas privadas, pero nos ayuda a calmar algun dolor. Hemos
logrado ir mejorando la casa, y a veces, si los precios nos favorecen, metemos
otra luchita (parcela) más de nca” (Participante 2). En medio de la conversación
intervenían y recalcaban que el futuro del café es incierto, “los precios siempre los
pone el intermediario, nunca nosotros. Mire ahora lo que tenemos que invertir para la
roya o la broca, al nal, lo poquito que nos queda se tiene que gastar en insumos para
la nca” (Participante 1).
La cena era servida; frijoles, pacayas con huevo, queso, café y tortillas tostadas.
Unos trozos de madera servían de asientos, un candil alumbraba la improvisada
cocina. Poco a poco, los demás miembros de la familia fueron participando de la
conversación. Uno de los hijos comentaba que se espera que el café ayude a su
economía familiar, que los compromisos que asumen, muchas veces no se pueden
pagar al nal de la cosecha. “Aunque uno quiera meterse a cultivar otras cositas, no
ajusta con lo que sale del café. Nosotros tenemos que mantener esa burocracia de las
instituciones, aparte de eso, nos quitan por la humedad del café; la retención no la dan
a tiempo cuando uno la ocupa. Mire aquí por ejemplo, si uno quiere cultivar maíz y
frijoles es complicado, porque terminan robándose todo… porque uno vive lejos de
la nca, ni las pacayas ni guineos deja la gente” (Participante 3).
La actividad productiva se traduce en un solo cultivo para generar ingresos,
bajo una visión de competencia económica que responde a un modelo de desarrollo
que privilegia el mercado y el capital. Existe, por lo tanto, una monocultura dominante
que condiciona la realidad (Santos, 2012; Santos, 2010).